01 marzo, 2008
Catalina ya muestra quien es.
Los dos mirando mi panza, como si fueramos locos.
Se mueve, de acá para allá, como un mar de catalinas.
Lo imaginamos como un regalote que tenemos en el comedor diario
y no podemos abrir hasta dentro de unos meses.
Se acomoda con golpecitos cortos y sumisos.
Me avisa que no le gusta de costado.
Me pide que me quede quieta,
con mi poca quietud.
Le canto un tango, y una de Fabi Cantilo.
Una rayita nace desde el ombligo como mostrandole a Catalina un camino mágico.
Tanta magia hay en esto, tanta belleza,
que estés conmigo, y yo con vos.
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