Controladores que no controlan

y así vivimos sin saber que comprar para comer, improvisando comidas en la cocina. Yo no se de donde las saque pero saben ricas, o por lo menos su cara lo demuestra. Haciendo planes y sumas de cuentas, más o menos nos sentimos organizados. Sentados en nuestra mesa bien cuadrada, grande que no jode el cojo del otro, nos ponemos con los numeros que nos dan perfectos, mil pero perfectos. Entonces yo digo, “voy a guardar todos los ticket de compras de comida para sacar la cuenta de lo que gastamos en morfi”. Estimativa ¡no! exacta, la quiero justa!, pero se que Coto te da esa posibilidad, pero el chino, el almacén y el pañuelito que vi de colores en la vidriera del local que esta justo en la parada del 25 que vengo viendo con ganas no esta en esa suma y los Epa de dulce de leche que el kiosco de ubicación, y horario perfecto espera abierto cuando los antojos nacen a las 12 de la noche, esos menos que menos aparecen en los ticket, los puchos que ahora no se por que fumamos mas. Los taxis que tomo por que me quedé riéndome con vos hasta tarde, esa situación me retiene mas y mas a la cama. Infinidades de cosas que no controlamos pero la vivimos, y como la vivimos!!!! El compra agua de 5 litros para que mi cuerpo siga la puta dieta de los dos por día, sin mirar que yo ya había comprado uno, porque no ve, no mira que yo ya lo había comprado y ahora, agua para mil. Piensa en mi, y me lo compra, y no se preocupa de cuánto extraña su Sprite, porque se estuvo convenciendo de que el Tang es rico. Probado el de manzana, pomelo rosado, blanco, mandarina y naranja…a esta altura se puede decir que es su bebida favorita. Tal vez no se cuánto lo amo. Tal vez no los sepa nunca Nunca sepa, lo que es él para mí. Tal vez me de cuente de que es grande, gigante, enorme que no entra en mi, y por eso lo dejo estar sin tomarle la medida. Empujando la puerta de calle, con toda mí fuerza para que nunca pueda entrar la frazada negra que asecha hogares llamada RUTINA. Perdiendo el tiempo…si! perdiéndolo, por que a lo mejor nunca pase por Hualfin.